En la conversación que narraba en el post anterior, también hubo un momento en que hablamos de cómo a veces las personas no somos como nos gustaría ser o nos gustaría cambiar algo de nosotros mismos.
Antonio: Alicia no era rubia ( se refiere a que la actriz que hacía de Alicia no lo era)
Mario: ella dijo también en el escenario que quería ser rubia y tener el pelo lacio.
Maestra: a veces ocurre que las personas quieren ser de otra manera a como son. ¿A vosotros os ha pasado esto alguna vez?
Daniela: Yo sí porque yo quiero ser rubia
Andrea: yo quiero tener el pelo más largo y más amarillo
Fátima: yo rubia
Daniel: yo quiero el pelo verde o de colorines
En mucha ocasiones , nuestras conversaciones nos llevan a hacer propuestas de trabajo concretas en las que , de alguna manera, queda reflejado nuestra historia de aprendizaje.
Antonio: Alicia no era rubia ( se refiere a que la actriz que hacía de Alicia no lo era)
Mario: ella dijo también en el escenario que quería ser rubia y tener el pelo lacio.
Maestra: a veces ocurre que las personas quieren ser de otra manera a como son. ¿A vosotros os ha pasado esto alguna vez?
Daniela: Yo sí porque yo quiero ser rubia
Andrea: yo quiero tener el pelo más largo y más amarillo
Fátima: yo rubia
Daniel: yo quiero el pelo verde o de colorines
En mucha ocasiones , nuestras conversaciones nos llevan a hacer propuestas de trabajo concretas en las que , de alguna manera, queda reflejado nuestra historia de aprendizaje.
En este caso, la propuesta fue que, a partir de una fotografía de sus caras recortaran ojos, nariz, boca y dibujaran todo el resto de la cara tal y como ellos y ellas les gustaría ser.
Este es el resultado. Unos se han cambiado el color del pelo, otros de los ojos, algunos se han quitado las gafas , hay quien se ha coronado reina.
Adrián Sergio Paola |
Samuel Matilde |
Mario Inés Luka |
Irene Luisa Daniela C |
Diego Fátima Elena |
Daniela G Carmen Antonio Manuel |
Andrea Martín Andrea Morales Álvaro |
Miguel Antonio |
La aceptación de unos mismo pasa por reconocer lo que no nos gusta de nosotros pero también por valorar nuestra singularidad. Los adultos jugamos un papel fundamental en este proceso, somos el espejo en el que se miran. La imagen que le devolvemos la aceptarán de inmediato sin cuestionarla lo más mínimo y la irán interiorizando a lo largo de los años, construyendo así su identidad. Si los valoramos tal y como son, sin condicionantes de ningún tipo , ellos se valorarán adoptando una visión de si mismo positiva y valiosa. Esta es la base de una buena autoestima.