La educación artística es algo más que hacer y pintar cosas bonitas, es ofrecerles la posibilidad de utilizar otro lenguaje para expresarnos. Un lenguaje que también hay que saber entender y que tiene sus propias reglas. También es enseñarles a mirar el mundo con otros ojos, sabiendo apreciar la belleza en lo que ven y siendo a la vez críticos con las imágenes que cada día les llegan desde diferentes medios.
Las diferentes técnicas plásticas que vamos aprendiendo son un medio que les ayuda a plasmar lo que sienten y lo que ven siendo cada vez más creativos. Porque a ser creativos también se aprende.
En esta ocasión les hice una propuesta en la que explorasen el uso del pincel y la limitación del color a la hora de realizar sus trabajos.
Hay colores que asociamos a determinadas épocas del año y el invierno parece que lo asociamos más al color blanco de la nieve aunque aquí sea algo que no vemos. Está dentro del imaginario. Y aunque estamos viviendo un invierno atípico que no acaba de llegar y en el que el frío va y viene les hice la propuesta de plasmar el frío y las sensaciones del invierno utilizando solo dos colores, el azul en diferentes tonalidades y el blanco utilizado témpera y ceras blandas.
A veces me gusta ofrecerles imágenes que les sugieran cosas y les den ideas para que vayan saliendo de los temas que dibujan siempre. Esta vez les mostré algunos trabajos y ellos hicieron sus propias versiones o los modificaron creando otros.
Este es el resultado
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