viernes, 31 de enero de 2014

LAS CALLES DONDE VIVIMOS

Desde la vuelta de las vacaciones hemos estados inmersos en conocer elementos de nuestro entorno más cercano. Nos hemos centrado principalmente en las calles en las que vivimos,  y en el nombre de las mismas. Es curioso porque día tras días pasamos por estas calles y no nos preguntamos por qué se llamarán de esa manera , a menudo ni siquiera nos fijamos en su nombre.
Hemos aprendido a escribir nuestra dirección y a saber que de ahí podemos extraer mucha información.  Por ejemplo ,podemos saber  si esa dirección pertenece a una casa porque solo tiene un número o a un piso porque tiene más números y letras; si pertenece a una calle muy larga porque tiene un número muy alto. También hemos aprendido que los números sirven para algo más que para  que contar, que nos dan otro tipo de información  acerca de lo que nos rodea , que nos sirven para localizar una casa o indicarnos el lugar que ocupa el piso en el que vivimos si es el primero, el segundo o  el cuarto.

Empezamos leyendo cada una de las direcciones y descripciones que cada quien había hecho de su calle, las escribimos en un mural que hemos colgado en la pared y que, curiosamente, consultan muy a menudo y les llevan a comentar entre ellos  y a preguntar. También les ofrece modelos de escritura.









Otro día jugamos a poner juntas la direcciones  que creían que se parecían en algo y surgen así muchos criterios de clasificación diferentes, esto ofrece la posibilidad de tener que buscar acuerdos para poder clasificar de algún modo todas esas direcciones que aparentemente no tienen nada que ver unas con otras. Pero vemos que hay muchas que son nombres de personas y entonces deciden poner juntas las que llevan nombres de personas y vemos que hay once.  Y surgen otras preguntas ¿Quienes son esas personas? ¿ Por qué llevan las calles sus nombres?

Clasificando los nombres de las calles

Tenemos que leer para poder saber lo que dice

Al principio cuesta un poco ponerse de acuerdo...







Indagando y buscando hemos descubierto que algunos eran cantantes  como Carlos Cano o cantaores flamencos como  Pepe Marchena o incluso descubrimos que Pepe Valencia fue un saetero muy famoso que estaba muy vinculado al pueblo, que la calle Esteban Rosales Míguez esta puesta en honor del fundador  del restaurante Casa Esteban y que hay otra que lleva el nombre de Don Baldomero que ha sido el  párroco del pueblo durante 25 años. Pero quizás la historia más curiosa es la del nombre de la calle de Alexandra,  Fray Antonio Vázquez Espinosa, que pertenece a un religioso que viajó por América allá por el 1600 y narró en un libro la explosión del   volcán  Huaynaputina en Perú.
Por último hemos leído que la Calle Real pertenece al pueblo desde el año 1632. Y claro, preguntan " y ¿esos cuantos años son?"" ¿hace mucho tiempo?".

Ahora estamos escribiendo un libro sobre el nombre de las calles en el que recogemos todo esto que hemos aprendido.

 
Uno de los días salimos por los alrededores del colegio a ver las calles y los elementos que hay en ellas y sobre todo a observar los números de las casas. Se dieron cuenta de que "se saltaban un número" y que esos números ¡¡estaban en la acera de enfrente!!! ¿ por qué?????? .
También vimos olivos y las aceitunas que hay cerca del colegio, y como dicen ellos "un parque roto". Fue una buena ocasión para pensar en lo que ocurre cuando se estropean las cosas que son de todos y en por qué es necesario cuidar de lo común para poder seguir disfrutando de ello.




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