domingo, 30 de noviembre de 2014

Orientaciones para ayudar en la lectura

Ser testigos de como aprende un niño o una niña a leer y a escribir es un privilegio . Ver como unos signos arbitrarios comienzan a adquirir sentido para ellos y como son capaces de ir otorgando  un significado a lo que leen y escriben , me resulta siempre algo maravilloso.
No es un proceso fácil, ya lo he comentado anteriormente, es por eso que me gustaría volver a dar dos ideas  sobre qué pueden hacer las familias para ayudar a sus hijas o hijos en esta fascinante tarea.
  1. Leer con, para y junto a ellas y ellos.
          No me cansaré de decir lo importante que es que los padres y madres busquen un momento al día para leer junto a sus hijos. El hecho de que sean capaces de leer por sí solos, no quiere decir que dejemos de leerles en voz alta algún cuento o fragmento de una historia cada día. Esta puede  ser una ocasión especial de compartir el tiempo más allá de las obligaciones diarias. Leer para disfrutar, sin más. Además se puede convertir en un momento  para conversar acerca de la lectura y de otras cosas que surgen a partir de ella. Los niños y niñas no siempre hablan de lo que les preocupa cuando les preguntamos, sino cuando sienten que se les escucha o tienen un espacio tranquilo para hacerlo. Y la lectura puede dar lugar a ello.
Por ejemplo, ahora en clase estamos leyendo el Cascanueces. Cada día les leo un fragmento y a veces surge el conversar tras la lectura y a veces no, No sabemos nunca qué será lo que motivará a  que alguien nos cuente algo, pero a veces surgen esos momentos especiales e inesperados en los que como el viernes pasado, después de leer en el libro lo que los protagonistas del cuento habían encontrado en el salón de su casa el día de Nochebuena,  Manuel se lanza a contarnos a todos lo que le pedirá a los Reyes Magos . Y para todos fue un momento único. La lectura común de una historia es capaz de llegar a la realidad de cada niña, de cada niño y llevarlo a compartir con los demás sus inquietudes,  alegrías,miedos ... Este es su poder.

     2. Acompañarlos a elegir  libros a la biblioteca o a una librería.
      
     Quizás sea esta una de las actividades que más ayudan a aprender a leer y a leer con sentido. Elegir un título, un libro entre muchos no es tarea fácil y tienen que poner en marcha diversas estrategias de lectura como es ser capaz de anticipar por la lectura del título y de la sinópsis  de la contraportada, de qué puede tratar ese libro y si le gustaría leerlo o no. ¿ Cuántas veces nos hemos comprado un libro porque nos ha sorprendido el título del mismo? O ¿ cuántas otras nos ha "llamado " desde el estante de una librería y lo hemos comprado casi sin reflexionar ? Este tipo de  experiencias son las que van creando lectores.
Dejémosles deambular por las librerías, mirar, tocar los libros, seguro que les apetecerá leer alguno. A veces son las ilustraciones las que les llaman la atención, ¡¡¡estupendo!!! acabarán leyendo la historia ,sin duda. Confiemos en sus gustos y en sus necesidades que son los que los guiarán a la hora de elegir.

3. Ir creando una pequeña biblioteca personal .
     En la medida en que podamos , es conveniente que tengan en casa libros propios que poder leer las veces que quieran. A los niños, en general , les gusta volver una y otra vez a las historias conocidas o que les gustan. Tener libros propios les proporciona la oportunidad de leer siempre que quieran o, como decía al principio, de que se los lea un adulto. La relectura les ayuda a interiorizar como están escrito, que expresiones y vocabulario utiliza el autor. De esta forma también están aprendiendo a leer y a escribir a su vez.





















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